El ataque ocurrió ayer al atardecer. Con ambos padres lejos del nido y de sus tres pequeñas Águilas Pescadoras, el Águila Cabeza Blanca se aproxima rápidamente sobrevolando el agua. Una de las Águilas Pescadoras adultas repentinamente entra en el cuadro lista para defender el nido, pero no puede contra la velocidad y la fuerza del Águila Cabeza Blanca, que logra atrapar a uno de los polluelos con sus gigantes garras antes de alejarse.
“Realmente es un video asombroso”, dice Steve Kress, vicepresidente para la conservación de las aves de la Sociedad Nacional APP y director del APP Camp en la isla Hog, donde se encuentra el nido. “Es uno de los mejores videos que he visto sobre la depredación de las águilas”.
Pero Kress también reconoce que el video es agridulce. Para los espectadores leales que han el nido en desde que los polluelos de Águila Pescadora nacieron esta primavera, la noticia ha sido un duro recordatorio de la realidad de la naturaleza, nuevamente. El año pasado la pareja de Águilas Pescadoras, llamadas Rachel y Steve, sufrióCabeza Blanca y perdió a toda su nidada. Como los polluelos de este año, Eric, Little B y Spirit (la víctima) eran más grandes y ya estaban listos para emplumar, parecía que estaban a salvo de otro ataque de águilas. “No pensé que se llevarían polluelos tan grandes, pero ahora ya sabemos”, dijo Kress.
Sin embargo, como destaca Kress, aunque el video muestra qué tan rápido y con qué fuerza puede atacar un ave de rapiña, también es un buen ejemplo de cómo funciona el instinto natural. Cuando Little B, ubicado al centro a la derecha del nido, ve el águila, inmediatamente la reconoce como una amenaza y toma vuelo por primera vez, mucho antes de lo que la naturaleza tenía pensado. Mientras tanto Eric, ubicado en la parte posterior del nido, se esconde para mimetizarse y convertirse en un blanco más pequeño. Este es el instinto de supervivencia.
La depredación de un nido de Águilas Pescadoras por parte de un Águila Cabeza Blanca puede ser una sorpresa para muchos, pero las Águilas Cabeza Blanca son grandes oportunistas. “Toman lo que tienen alrededor y lo que está disponible”, dice Kress. Y aunque la actividad del APP Camp que se encuentra cerca generalmente las mantiene alejadas, al fin y al cabo “realmente no hay nada que hacer”.
Los ataques de los últimos dos años también podrían indicar una mayor tendencia ya que las poblaciones de aves costeras, como las Águilas Cabeza Blanca, siguen reconstituyéndose. Según Kress, las Águilas Cabeza Blanca atacan los nidos y las crías de otras aves con cada vez más frecuencia, especialmente los nidos de Cormoranes. Incluso su mera presencia en una isla o cerca del sitio de nidificación es suficiente para interrumpir el delicado equilibrio existente.
En cuanto a Rachel y Steve, al menos este último drama de nido termina con un lado positivo. Eric no solo sobrevivió, sino que, según una actualización de esta mañana, el personal del APP Camp encontró a Little B en tierra firme sano y salvo, y a sus padres posados a corta distancia.