Turismo ecológico en Colombia
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Con más de 1.900 especies de aves -más que cualquier otro país del mundo-, Colombia es un paraíso que espera a ser descubierto por los observadores de aves. Podrá explorar montañas de gran altitud, bosques secos, páramos y los hábitats costeros en busca de una gran variedad de avifauna tropical, como cazamoscas, colibríes, tangaras y tucanes, entre otros. A lo largo del viaje conocerá a personas de las diferentes comunidades locales y aprenderá sobre sus esfuerzos a favor de la conservación.
De manera conjunta, un grupo de aliados conservacionistas -APP, Patrimonio Natural y la Asociación Calidris, con el apoyo de USAID- desarrollaron la "Ruta de Aviturismo del Caribe Colombiano". Esta ruta cuenta con una red de guías y operadores profesionales capacitados para acompañar la observación de aves, con sitios clave para la observación de aves, como lo son los parques nacionales y reservas privadas, así como también cuenta con pequeñas empresas y servicios de apoyo. El proyecto formó a más de 30 lugareños como guías de aves, entre ellos un grupo de wayuu, grupo étnico nativo que reside en la península de la Guajira, en el norte de Colombia.
Desde el exitoso lanzamiento de la Ruta de Avistamiento del Caribe Colombiano, el proyecto se ha extendido a otras regiones del país.
¿Quiere ir a pajarear a Colombia? Estas son algunas opciones:
Conozca más sobre la Ruta de Aviturismo del Cribe Colombiano
Serranía del Perijá
La Serranía del Perijá, una ramificación aislada de los Andes orientales, es una de las zonas menos exploradas de Colombia. Si bien desde 2009 la zona ha contado con mayor presencia de observadores de aves, aún queda mucho por explorar en este sorprendente conjunto de montañas ricas en aves endémicas. Incluso una visita superficial a la zona permite descubrir que muchas especies comunes, como el Chamicero de Antifaz y la versión local del Atlapetes cabecirrufo, son de hecho especies endémicas. Y éstas son las comunes; muchos nuevos descubrimientos esperan a medida que los observadores de aves y los biólogos aumenten sus visitas a Perijá. La posibilidad de pasar del bosque montano al páramo, y luego a las zonas subtropicales del piedemonte, le dará muchas oportunidades para realizar un excelente avistamiento. La carretera que llega a la reserva continúa hacia los hábitats del páramo, donde abundan los Pitajos pechurrufos, y se puede encontrar el Semillero de páramo, así como muchos Metalura colirroja y un número menor de Metalura de Perijá con sus increíbles colas púrpura.
Sierra Nevada de Santa Marta
La Sierra Nevada de Santa Marta ha sido identificada como el lugar más importante e irremplazable del planeta para la biodiversidad amenazada y endémica. Se trata de la cordillera costera más alta del mundo -no es una rama septentrional de los Andes, sino una cordillera separada y aislada- y, de hecho, es el punto más alto de Colombia. La cordillera alberga más de 600 especies de aves, incluidas 19 especies endémicas que no se pueden ver en ningún otro lugar del planeta. Algunas aves magníficas y llamativas, como el Quetzal dorado, las Pavas maraqueras, la Rosita canora y el impresionante Frutero pechidorado, no son raras. Hay varias tangaras y una plétora de colibríes, así como las llamativas clorofonias de pico azul que acuden a los comederos de la reserva.
Los Besotes
Como primera Área de Importancia para las Aves de Colombia, Los Besotes forma parte de la Sierra Nevada de Santa Marta, pero en la parte oriental, más seca, donde abundan los bosques secos tropicales. Se han encontrado más de 210 especies de aves, como el Paujil piquiazul, la Guacamaya verde, el Cardenal guajiro y el Azulejo glauco, así como felinos (como el ocelote y el puma) y varias especies de monos.
Santuario Los Flamencos Flora y Fauna
Muy cerca de la ciudad de Riohacha está Los Flamencos y el pueblo de Camarones. Este es el borde occidental del desierto de la Guajira, donde el bosque seco se hace más corto y escaso, donde la tierra seca y desnuda separa los árboles entre sí. Pero antes de que se haga una idea errónea de un mundo reseco, Los Flamencos está en la costa y tiene lagunas poco profundas que se llenan cuando llegan las lluvias y se evaporan durante la estación seca. Estas lagunas que se evaporan concentran la sal, y entonces florece el camarón de salmuera, que atrae al ave que da nombre al parque: ¡el Flamenco americano! Su número varía en función de los niveles de agua, pero pueden llegar a ser cientos en un buen día. Esta reserva de casi 7000 ha de marismas, lagunas y bosques secos es también el hábitat de otras 185 especies de aves (de las cuales el 80% son migratorias).