Hace casi una década, la ornitóloga Ruth Bennett se encontraba en Honduras estudiando al Chipe Alidorado, una especie en declive y poco comprendida, cuando notó un patrón sorprendente. Las aves cerca de la universidad en donde residía eran en su mayoría hembras. Los machos, con sus distintivas pecheras negras y sus brillantes coronas doradas, se congregaban más alto en la montaña, en un bosque húmedo y denso. Sin embargo, sin datos más rigurosos, el plan de conservación que coescribió no tenía en cuenta las distintas áreas de invernada de machos y hembras en los mapas de su hábitat. Su observación era mucho más importante de lo que ella creía en ese momento. Debido a que los Chipes Alidorados hembras se agrupan en forma consistente en elevaciones más bajas que los machos durante el invierno, su investigación posterior reveló que los desarrolladores tenían más probabilidades de destruir su hábitat. Las hembras perdieron el 8% de su zona de distribución entre...