Lourdes Mugica Valdés perdió 31 kilos durante su trabajo de campo en Cuba, en 1992, como parte final de su tesis de maestría. Debido a la crisis económica cubana, había poca comida. Un día – cuenta- las únicas calorías que su equipo pudo encontrar cerca de las comunidades de aves que estaban monitoreando fueron las de una botella de vino. Los automóviles con los que contaban se varaba a menudo. A veces, tenían que ir en bicicleta. A pesar de todo, Mugica Valdés recopiló sus datos, terminó su carrera y se doctoró. Ahora, además de profesora de la Universidad de La Habana, hace parte del grupo de 124 ornitólogos de los neotrópicos -región que incluye a América Latina y el Caribe- que son autores de un nuevo artículo en el que se destacan las numerosas barreras sistémicas a las que siguen enfrentándose los ornitólogos de los neotrópicos. Aunque, dicen, tienen una gran cantidad de conocimientos y datos que compartir, sus contribuciones son a menudo ignoradas...