Cualquier persona que va una y otra vez a su parque favorito a observar aves sabe intuitivamente por qué continúa regresando: simplemente porque se siente bien. Estar en la naturaleza; hacer una pausa, sentarse y descubrir sus maravillas produce una sensación de calma y renovación. Ahora la ciencia está respaldando nuestra intuición con datos y revelando que los beneficios son mucho más profundos. De cientos de estudios publicados, ninguno solo es definitivo, pero juntos ofrecen un mayor sentido de lo que se pierde cuando las personas pasan mucho más tiempo que nunca en interiores. En Inglaterra, por ejemplo, investigaciones revelaron que los espacios verdes urbanos redujeron la sensación de aislamiento y soledad de los residentes. Vivir a una corta distancia a pie de un parque en Los Ángeles parece ofrecer el mismo estímulo de salud mental que una disminución de dos puntos en el desempleo. En España, los estudiantes de escuelas que viven en vecindarios más verdes...